El mayor anhelo de Mariana, una mujer víctima del conflicto armado en Colombia, es que sus dos hijas, a diferencia de ella, puedan dedicarse a estudiar y acceder a oportunidades que les ayuden a forjarse un mejor futuro.
Alcanzar a ganar el salario mínimo legal era para Mariana algo inaccesible en su adolescencia y juventud cuando trabajó como empleada doméstica en Medellín, tras verse forzada a desplazarse del departamento del Chocó. Tampoco era algo viable durante los tres años en los que vivió en la zona rural de la Costa Atlántica con el padre de sus 4 hijos e hijas, pues en la vereda donde estaba eran los hombres quienes cultivaban el arroz y eran quienes tenían acceso al dinero.
Regresó a Medellín con sus dos hijas, sin imaginarse que a los pocos meses empezaría la pandemia del Covid-19, la cual generó un desempleo sin precedentes entre las mujeres del país. Durante un año no le faltó un bocado de comida, gracias a la solidaridad de sus vecinos/as.
“Tengo 45 años y muchos empleos no están disponibles para mujeres de mi edad. Por eso es muy importante que las madres cabeza de hogar tengamos más oportunidades de trabajar” expresó Mariana.
Con el apoyo de ACNUR y la ONG Cuso International*, Mariana recibió capacitación y orientación que le permitió conseguir y mantener su trabajo en los servicios generales de una empresa de alimentación, y considera que se está abriendo un camino para que más mujeres puedan acceder a un empleo formal y digno que proporcione ingresos estables para sus familias.
Gracias a este apoyo, hoy sus hijas pueden correr por las filas de un supermercado para coger lápices, sacapuntas, marcadores, carpetas, cuadernos de varios tamaños y bolígrafos de varios colores; y Mariana por primera vez no está preocupada de que no le alcance el dinero para que sus hijas cuenten con los materiales necesarios para continuar con su educación.
Más allá de las paredes de un colegio, Mariana tiene la meta de que sus hijas puedan cultivar sus pasiones. De hecho, una de las motivaciones actuales para trabajar es que algún día la más pequeña pueda tocar el piano. Hoy, ella es un ejemplo de pujanza y resiliencia.
*ONG canadiense apoyada por el Gobierno de Canadá
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Las opiniones expresadas en este documento son responsabilidad exclusiva de sus autores y no representan necesariamente los puntos de vista del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados – ACNUR
*Iniciativas que promueven la inclusión socioeconómica de las personas refugiadas y migrantes en Colombia son posibles gracias al apoyo de UK4U (United Kingdom 4 UNHCR) y España con ACNUR.