La carga de la xenofobia limita,
impide ver las posibilidades de disfrutar
la integración con otras personas, y lo peor es que causa daño y dolor, no solo a los demás, sino también a quien la genera.
La llegada de personas refugiadas y migrantes a Colombia ha representado un desafío, para ellas y ellos, y para el país; sin duda también despliega un sin fin de oportunidades, aportes culturales y mucha más diversidad. Y aunque deberían ser bien recibidos, los movimientos a gran escala de personas pueden llegar a causar miedo, el miedo se va convirtiendo poco a poco en xenofobia, y sin darnos cuenta, la xenofobia se normaliza, gana terreno y se transforma en una carga pesada que nos resta empatía y solidaridad…¡Nos aleja de las personas!.
Con la xenofobia cargamos un peso constante que se alimenta del miedo y de los prejuicios hacia las personas procedentes de otros países, y que hace que veamos una realidad distorsionada que profundiza cada vez más el rechazo y la discriminación.
Personas con bajos niveles de empatía, es decir, que no pueden comprender profundamente la realidad de otra persona (“ponerse en sus zapatos”) son más propensos a contagiarse de la carga de la xenofobia.
También se da el caso de quienes se contagian por presión social, para pretender encajar en un grupo que ya manifiesta rechazo y discriminación.
Es posible también que algunas personas se dejan contaminar por noticias falsas y manipulación de la información. Y están aquellos asintomáticos, que piensan que no están contagiados, pero ante situaciones de rechazo y discriminación desvían la mirada haciendo como si no pasara nada.
Identifica el nivel de riesgo
en el que estás de cargar
con el peso de la xenofobia.
Activa tu solidaridad y combate la xenofobia haciendo uso adecuado y eficiente de las redes sociales.