¡Cuidado! Tu comportamiento te puede estar llevando a cargar el peso de la xenofobia. Olvidarte de las necesidades de los demás, o pensar que las personas refugiadas y migrantes te quitan oportunidades, lleva a que la xenofobia gane espacio, haciendo daño a los demás y a ti mismo.
Tres cosas para que tengas presente:
Ya diste un primer paso en tu camino del cambio, ¡vamos por el segundo! ¡Libérate de la xenofobia y pásate al lado de los que trabajan por la integración!